La Última Picada de Camioneros / @encargado

July 6, 2012

La última picada de camioneros.

Por mucho tiempo trabajé en una revista para transportistas (Camioneros), gracias a ese trabajo conocí gran parte de Chile, viajé tomando fotografías y acompañando a los camioneros en sus rutas, de ese tiempo me quedó un gran archivo de fotografías y una afición por la comida de las “Picadas de Camioneros “

Este no es un mundo fácil, la pega es dura, las condiciones no son siempre las mejores, parar a almorzar va mas allá de comer un buen plato, es el momento donde se conversa de rutas y fletes, de cargas y de familias que esperan en casa. Frente a esa nostalgia el calor de la cocina, la leña en el fuego y la posibilidad de llegar a esa casa, lejos de tu casa, es reconfortante.

Actualmente los camiones mas veloces, la mayor competencia, el cambio de la infraestructura vial que no permite el estacionar en cualquier parte ha terminado por asfixiar las antiguas picadas de camioneros y con ello una forma de relacionarse y también un modo de vida.

Hoy se apagan así las últimas picadas, desaparecen los lugares que se niegan a perder su esencia y su razón de ser dando paso a nuevos restaurantes.

Ahora es muy común encontrar una serie de restaurantes que lucen en sus nombres un “ La Pica de … “ , el caso mas extremo esta muy cerca. ConCon y su serie de La Pica del Loro, Emeterio, La Gatita, Augusto, Juanito, Miguel, La Tía ….., pareciera que bastara con la auto nominación, eso es suficiente. A la pregunta ¿como nos ponemos?, se responde anteponiendo el ya manoseado “La Pica de”.

En Santiago no estamos muy lejos, no son pocos los que partieron como picadas en algún pasado lejano y hoy se afincan en la capital con inmensos restaurantes en los que comensales hacen cola los días top ( del Padre, la madre, de la secretaria , Fin de año ) para tomar alguna mesa y probar esa comida casera hecha industrialmente, que en algunos casos solo le falta el siniestro payaso de cara blanca y nariz roja con una M en el pecho, parado en la puerta.

Concuerdo en que es entretenido cuando celebras que salgan en el espectáculo esos grupos de danza chilena, los que coronan todo con el clásico sanguchado del festejado entre las bailarinas pascuenses. Si, ya, una vez pasa, pero cuando la repetición de la misma rutina se hace predecible no tiene gracia. Esto también pasa con sus comidas, la plateada sobre cocida, el puré instantáneo, el chancho en piedra industrial, el de “nouveauté de mode” Terremoto, como que ya parece comida de Mall.

 
La última picada de camioneros.
Partamos de una base, para tener esta denominación tiene que tener al menos un 99% de camioneros comiendo en su interior, se permite un infiltrado ( yo ) y pare de contar.
Hace un tiempo noté que existía un ciclo de vida, una génesis de las picadas de camioneros.
Las Picadas nacen como una opción lógica. En tramos largos el chofer tenía que comer en algún momento y fueron así recibidos en casas de familia. Una señora que le sumaba un plato a su ración familiar para atender al camionero, luego cuando la voz se corría, en tal quilómetro hay una casa que recibe a camioneros, se encontraban compartiendo comida casera, simple es la casa lejos de casa, sanita para no enfermarse y no desconocer la mano de la patrona. Luego de un abundante plato y conversación incluida, se pasaban los datos de trabajos, del estado del camino y se ponían de acuerdo para formar caravanas y así evitar los asaltos o robos de camiones. Es común encontrarlas antes de una subida complicada, cerca de una retén de carabineros o luego de controles.
La comida aquí es la clásica de casa, platos un poco mas abundantes, mucho ají, bien aliñadas. El camionero es conocido, amigo de la casa y un ingreso extra, en bebidas la de 2 litros compartida es la ley, de tragos nada ¡!.

Informales – Formales
Puedes llegar si te llevan, entrar con un camionero que le diga tía o señora …. Traje a un amigo, es pase indispensable para entrar sin ser rechazado, te sientas a una mesa compartida, normalmente mesas largas con caballetes, mantel de plástico a cuadros, mucho pan sobre la canasta y un “menú” fijo es normal.
A este lugar – que siempre esta al lado de la casa, una pieza extra con un baño para que los regalones se laven un poco – la estructura formal la da el uso. Piensen que lo usual es: llega el camionero cansado, ha dormido en el camión y con un par de paradas para arreglar panas, tanto propias como de sus colegas. Manos con aceite, ropas manchadas, el terno oficinista no se lleva bien con el cambio de una rueda de camión.

¿Cuando parte la Génesis?
Lo común es que esta estructura hogareña con sus propias reglas se rompa con la llegada de externos, en el momento en que arriban los primeros no camioneros, en que un par de autos ocupan el lugar en el que se estacionaba un camión comienza la transformación del lugar. Frente a la ruptura de códigos establecidos comienza el cambio. Llegan personas que piden una mesa aparte o que el menú tenga mas variedad, gestos tan simples como la propina gatillan este proceso. En las picadas no corre la propina, eso porque si la que atiende es la dueña o sus hijas, este simple gesto motiva por un lado la preferencia del afuerino y también la incomodidad del camionero. Las mesas comunes dan paso a lugares individuales. Llegar después de la ardua lucha con una rueda o con el motor, manos trabajadas y ropa manchada por el oficio provocan la mirada censuradora de los afuerinos ( no camioneros ). Poco a poco esa ampliación de la casa se hace chica, la remodelación, el contratar un par de personas para atender, son signos claros. Aparecen carteles afuera de la casa avisando que esta acá, llega el control tributario y del cesma, hay que poner pavimento, arreglar la techumbre, mejorar las medidas de higiene.
 

 
Ya estamos frente al fin de la picada, manteles, carteles, mesas y arreglos hacen desaparecer al camionero, para financiar esto, suben los precios, aumentan los volúmenes, se amplia la carta. Un aviso, un cartel nombra “La Pica de … ”
Ya los platos abundantes pasan a ser un espectáculo y se convierten en el plato grosero, ojala lo deje sin aliento para sentirse como camionero, pero eso solo es una caricatura. Si bien en algunos casos se mantiene la base de un buen sazón de comida clásica chilena, es claro que el término “Picada” para denominarla está corto, se trata de Restaurantes, con cartel de picadas, si, pero restaurantes.
 

 
No hay juicio de valor o descalificación en esta nota, está si una nostalgia por los tiempos en que comía junto a la gente del transporte, del momento de las historias sabrosas como la comida, del momento en que cuentan el origen de su apodo, la añoranza en que toda conversación podía partir con un: Me acerca el pan y el pebre o la llave maestra; “ Jefe que esta llevando ¿? “ … Yo traigo Baguales me dijo uno y terminé tomando fotos en Coyhaique, arriba de un barco que va desde Puerto Montt a Pto. Chacabuco.
 

 
Hace un tiempo visité la que yo diría es la última picada de camioneros. Pruebe la cazuela de pollo me dijeron, no – dijo el otro desde el extremo de la mesa – hoy la señora hizo porotos. Como soy tentado, probé los porotos, y me lleve una humitas para la casa.
La dirección no viene al caso, mejor dicho no tiene razón de ser en esta nota que termino con la respuesta de la señora cuando le pregunté: Usted piensa ampliarse? … “ No mijo, yo le cocino a mis camioneros, no quiero nada con restaurantes, ya estoy vieja y me voy muriendo junto con ellos”.
 
Texto y Fotografías 
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